Viajeros

martes, 29 de noviembre de 2011

- Shahrazād -





Las mil y una noches son un conjunto de historias, de origen persa, indio y árabe, enlazadas en torno a la figura de Sherezade, la hija del Visir, que mas allá de su belleza, sus danzas y sus artes en la cama debe valerse de su creatividad y astucia narrando cuentos que interesen al cruel Sultán para así salvar su vida un día más.



Entre sus Historias se encuentran las de:

La Lámpara de Aladino
Simbad el Marino
Alí Babá y los Cuarenta Ladrones



Todo comienza cuando el Sultán Shahriar (nombre Persa que significaba “Gran Rey”) y su hermano shahsaman descubren lsas traiciones de sus esposas, pero la historia se torna mas interesante cuando el Sultán Shahriar amargado por la traición de su primer esposa, no solo la manda decapitar, sino que ordena a su Visir conseguirle una esposa nueva cada día para después mandarla matar a la mañana siguiente. Designio que duro más de tres mil días, hasta que conoce a Sherezade, y esta lo interesa con sus cuentos, al final es ella la que rompe con esa maldita tradición y logra enamorar al Sultán, este no la mata y se siente feliz por tener a una excelente narradora, convierte a Sherezade en su Reina y con ella tiene 3 hijos.



Aquí les pongo un fragmento de los inicios de la historia:

“Apenas había transcurrido una hora del día, cuando el mar empezó a agitarse. De pronto brotó de él una negra columna de humo, que llegó hasta el cielo y se dirigió después hacia la pradera. Los reyes, asustados, se subieron a la cima del árbol, que era muy alto, y se pusieron a mirar lo que tal cosa pudiera ser. Y he aquí que la columna de humo se convirtió en un efrit de elevada estatura, poderoso de hombros y robusto de pecho. Llevaba un arca sobre la cabeza. Puso el pie en el suelo, y se dirigió hacia el árbol y se sentó debajo de él. Levantó entonces la tapa del arca, sacó de ella una caja, la abrió, y apareció en seguida una encantadora joven, de espléndida hermosura, luminosa lo mismo que el sol, como dijo el poeta:

¡Antorcha en las tinieblas, ella aparece y es el día! ¡Ella aparece y con su luz se iluminan las auroras!

¡Los soles irradiar con su claridad y las lunas con las sonrisas de sus ojos! ¡Que los velos de su misterio se rasguen, e inmediatamente las criaturas se prosternan encantadas a sus pies!

¡Y ante los dulces relámpagos de su mirada, el rocío de las lágrimas de pasión humedece todos los párpados!”